2016-06-24

Mi madre hacía Kanban… ¡y no lo sabía!

Ahora pocos jóvenes conocen las bombonas de butano. Cuando yo era pequeño, y de esto hace ya unos cuantos años, tanto mi madre como el resto de las madres, sin conocer de nada a Taiichi Ohno ni al Toyota Production System, ya sabían cuál era la forma más eficiente de gestionar la disponibilidad de bombonas de butano.

Cuando se acababa la que tenía en uso ponía en la cocina la de repuesto y sacaba a la puerta de la calle la vacía, lo que era identificado por el butanero (con su camión/almacén rodante, cuyo contenido a su vez estaba dimensionado en función del consumo de su zona) como señal de reposición. Y funcionaba.  Pero, ¿y si el butanero, como ocurría en el pueblo, pasaba cada 15 días cuando la bombona duraba sólo 10? ¿Y si en vez de una bombona, se usaban varias en cocina, estufas, calentadores…? No pasaba nada. Nuestras madres diseñaban el tamaño del buffer (bombonas de repuesto)  perfecto para optimizar el sistema. Eran tiempos en los que tener bombonas en exceso sin usar resultaba caro, y no se lo podían o querían permitir.

¿A cuento de qué viene esto? Pues a cuento de que las cosas son más simples de lo que creemos. No es necesario utilizar complejos procedimientos ni palabras rimbombantes para optimizar un proceso productivo o gestionar una cadena de suministro. Las cosas sencillas y con lógica son las que funcionan. Y al final, cuando has finalizado la definición e implantación de soluciones, como decía Salvador, un buen colaborador que tuve, aplicas el “teorema de la buena pinta”, lo que no significa tener falta de rigor, sino aplicar la lógica.

El problema radica en que las cosas simples, por el hecho de serlas, nos parecen poco apropiadas para nuestro complicado mundo. “Mi fábrica es muy compleja, es especial”. Lo he oído decenas de veces. A ver si os suenan estas otras: “Hay que estar aquí, no valen las recetas de otras plantas o de otros sectores”. “Si fuera tan fácil, ya se habría hecho”. Y cuando hay que, por ejemplo, poner las cosas en su sitio y definir un sitio para cada cosa (5S), nos parece una tontería demasiado fácil para que funcione. Pues funciona. Y a la hora de aplicar un Kanban con un  proveedor, nos echamos las manos a la cabeza y decimos que es complicado, que no funcionará. Y ni lo intentamos. Pues también funciona, y es muy fácil.

Pero, volvamos al señor Ohno y a su TPS. ¿De verdad sus conceptos son tan complejos como alguno nos quiere hacer creer? Si de verdad miráramos de nuevo a nuestras madres, ¿no creéis que podíamos ver JIT y Kanban en su forma de aprovisionar/reaprovisionar la despensa para la comida del día? ¿Y el concepto de Muda en la misma despensa? ¿A que sí? Pues si mi madre ya optimizaba sus procesos, ¿a qué esperamos en la industria?

Manuel Manso
www.m4uconsulting.com

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